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"Vivo pendiente de ser devorada": el debut poético de Eugenia Landriel

"Vivo pendiente de ser devorada": el debut poético de Eugenia Landriel

21/12/24
La poesía chaqueña suma una nueva voz con esta obra debut, disponible a través de Literatura Tropical.
Eugenia Landriel es, sin dudas, una de las voces emergentes en la poesía chaqueña y regional. Lectora voraz, participante y organizadora de espacios en los que circula la literatura y la cultura local, se encuentra desarrollando la preventa de su primer libro: ‘Vivo Pendiente de ser devorada’, bajo el sello Literatura Tropical.
Nacida en Charata, Chaco, el 24 de marzo de 1990, Eugenia ha desarrollado buena parte de su carrera y su vida en Resistencia, donde además de ser escritora, trabaja como psicopedagoga.
"Vivo pendiente de ser devorada" está en etapa de preventa con un precio promocional, al que puede accederse contactando a Literatura Tropical a través de su instagram: literatura_tropical .
En ese contexto, Eugenia dialogó con DataChaco y respondió algunas preguntas en torno al proceso creativo y al lanzamiento de la preventa de su primer libro:
- ¿Cómo surgió la idea de escribir "Vivo pendiente de ser devorada"?
- Bueno, no sé si hubo una idea de escribir ‘Vivo pendiente…’, sino más bien lo que sobrevivió a todas las instancias y experiencias de vida que tengo - sobre todo desde mis 20 años - tiene que ver con la escritura, y una escritura donde yo permito que otros y otras intervengan y la puedan construir o mirarla desde otro lado.
Entonces, en ese interjuego con el otro y otra, surge la necesidad de acercarme a editoriales independientes, con el objetivo de formar parte de una comunidad, de sentirme una allegada de donde estaba viviendo, porque también formo parte activa de este ecosistema.
Creo que la idea en sí fue, más que un libro, llegar a una instancia en donde se presenta en concreto mi poesía, algo que viene construyéndose de manera colectiva y que va cambiando en relación a los espacios que habito, las personas con las que interactúo y las experiencias que eso también me va habilitando.
Muchas personas me acompañaron a hacer algo concreto esa idea del libro, sobre todo en la última etapa en donde mi forma de escribir y de leerme cambia, pero porque también cambia mi literatura, cambia lo que estaba leyendo, lo que estaba viviendo, todo el tiempo ha cambiado, hasta que el último eslabón del proceso por acercarme a Literatura Tropical, ya me venía acercando de alguna u otra manera desde hace muchísimos años, pero no pensé en el libro desde tal fecha de mi vida. Siempre quise escribir y sobre todo poder compartir con otros.
- Se dice que los libros, especialmente los de poesía, reflejan muchas veces una obsesión de quien los escribe, o un tema recurrente: ¿Cuál dirías que es la obsesión que liberaste en este libro?
- Los poemas del libro abarcan textos que produje desde una corta edad, desde los 12 hasta mis 32, y hay algo, un elemento que lo atraviesa constantemente y al que recurría constantemente.
Con ese libro libero esa obsesión de escribir sobre el agua. Suelo escribir mucho sobre el agua porque creo que es uno de los elementos a los que menos accedí durante muchísimos años de mi vida y es un símbolo de carencia de donde vengo, entonces hay cosas relacionadas con el agua que también tienen que ver con etapas de mi vida que fueron fundantes en la literatura que trato de generar con lo que escribo.
Sin embargo, creo que soy más afín al fuego. Las cosas como las siento también tienen que ver con ese elemento o como me suelen identificar o verme en ciertos escenarios de la vida, más que el agua. Esa obsesión no la veo reflejada tanto en la poesía actual que estoy generando, que sigue cambiando, y hoy hay otros escenarios más lejanos al agua.
- ¿Cómo es vivir pendiente de ser devorada?
- El verso que tiene el título es como una tilde en una palabra, esa tilde que por ahí necesitamos ponerla en la palabra y es una forma de registrar las cosas que percibo desde hace muchísimos años del mundo, de las interacciones entre las personas.
Así como me gusta leer, me gusta observar, y suelo utilizar esos registros visuales de la diaria para escribir. Y cuando era chica tenía otro tipo de observación. Cuando dejás el registro y tenés que volver a tocarlo, y volver a leerte, te das cuenta de que algo cambia y que podés desde ese encuadre volver a crear.
Tenés que darte bastantes permisos y también generar un contexto que te permita habilitarte. En ese sentido, reflejo la incomodidad que me generó todo lo vivido hasta esta parte, hasta la mitad de mi vida, porque considero que he atravesado la mitad de mi vida ya, en torno a experiencias cruciales que tienen que ver con sobrevivir y seguir escribiendo

 

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